martes, 4 de junio de 2013

Lit urgías.

Cantaban todos y yo no cantaba. Una voz no amiga, que nunca me había dirigido la palabra, se fijó en que yo no seguía el asunto. Se acerco de la nada, y tras la pregunta para entrar en confianza: "¿usted es atea?" me contó de su desagrado por el tema. Lo superaba. Maldecía el que lo obligaran e impusieran un relato viciado. Comprendía, pero no podía (ante mi condición) responder más que la frase cliché "aguanta, quedan 5 minutos".

Igual fue incómodo.

    "No aceptamos las religiones que sirven para adormecer los anhelos subversivos de las masas y encadenar el espíritu humano, ayudando así de un modo efectivo a la reacción burguesa en su labor de aplastamiento del hombre" --->Huidobrostyle.