
¿Recuerdas cuando te dejaste llevar, y perdiste tu armadura
en manos de tu buen primo? No lo podíamos creer, y apostábamos a que o
regresabas bien, o lo hacías como el malo consumido por su ira. ¡Pero no te
creas! Yo apostaba por ti, porque era tu serie. Imposible, inaudito hubiese
sido que te conociéramos durante tanto tiempo para verte acabado para siempre.
Debías resurgir como el verdadero caballero dorado Garo, no por la leyenda de
la armadura, sino por verdadero significado de tu existencia.
Igual y nos dieron un buen avance de tu regreso con el segundo
ending, el problema fue la vuelta de tuerca que nos introdujeron sin anestesia
en medio. Cuando creímos que ya no te tocaría sufrir más, te tocó. ¿La última
prueba? ¿El regreso de los infiernos? Si bien lo viviste en carne propia un
poco más adelante, ya cercanos al final, fue esa pérdida lo que desató tu
verdadera y definitiva evolución ¡Y cuánto la lloramos! ¡Y cuánto la celebramos!
Pero bueno. Aún lloro nuestra despedida. Te añoro desde el
momento en que nos separamos, porque verte era un motivo para celebrar el fin
de semana. Era el carrete en el que dejaba llevar mis sentimientos tras una semana
ardua y agotadora. De ahí que llevabas mis emociones al límite y me dejabas
exhausta, agotada de tanto ser.
![]() |
TODAVÍA ESPERO ÉSTO ;_; |
Por eso te extraño…
León, ¿Cuándo regresas?
PD: ¿Te cuento un secreto? Tus versiones de carne y hueso no
son tan geniales como tú. Ahora, siéndote 100% sincera, cítame con tu padre por
favor. Me da lo mismo si es en el cielo o en el infierno, si está con tu madre
o no. Yo solo quiero darle un besito en la mejilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario