viernes, 10 de febrero de 2012

XIX

Por lo que yo le dije: «No recuerdo
que alguna vez de vos yo me alejase,
ni me remuerde nada la conciencia.»

«Si acordarte no puedes de esas cosas
acuérdate -repuso sonriente-
que hoy bebiste las aguas del Leteo;

Y si del humo el fuego se deduce,
concluye esta olvidanza claramente
que era culpable tu querer errado.

Estarán desde ahora ya desnudas
mis palabras, cuanto lo necesite
tu ruda mente para comprenderlas.»

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