martes, 21 de mayo de 2013

La COSA

No creo que exista palabra más discriminada en el mundo académico que el grave "cosa". No podría contar la cantidad de correcciones que han sufrido mis trabajos a causa del uso de esta honorable. El rojo, maldito que aparenta inocencia, pasa por encima del vocablo con desagrado, y lo asesina sin piedad. Pero no es solo el rojo, no. La maldita desgracia recae incluso en su significado, que peca de ambiguo y contradictorio, porque si bien por un lado es un hecho, cualidad, idea u objeto sobre el que se puede pensar o hablar, también es un objeto sin vida. ¿Pero como puede no tener vida, si la palabra idea está dentro de su acepción? 
Imposible. Y entonces comprendo que son ellos, los usuarios del rojo, los engreídos, quienes no comprenden la relevancia en el uso de la cosa, en el verdadero sentir de la cosa, y por tanto, no traspasan mis palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario