sábado, 14 de junio de 2014

Melissa se comió el lobo.-

 Melissa caminaba por el bosque cuando el lobo se la comió, aunque no lo podrás creer, quería ser comida. ¡No me digas! Sí, sí, así mismito me contó la hermana de la amiga de mi mejor hermano. El mejor,  porque tengo cuatro y los otros son unos sueltos y perdidos. ¿Será porque es el mayor y los hermanos mayores tienden a ser más centrados? Por supuesto, ya sabes, generalmente los padres de hoy están separados desde que las crías son  aún muy pequeñas y entonces se tienen que cuidar entre hermanos y al de más edad le toca cocinar y preparar las colaciones para la escuela porque la madre o el padre salen muy temprano al trabajo, y vuelven tarde, recontra tarde a la casa, cuando los niños están dormidos. Claro, siempre pasa así. Hoy en día no existe la familia. Yo por suerte tuve una madre dedicada a las labores del hogar, cuidándonos a nosotras, mi pequeña hermana y yo. Mis padres no tuvieron varones, el destino así lo quiso. Qué molesto es el destino, mira que hacer lo que quiere con nuestras vidas como si no fuese suficiente el tener que esforzarse. Al final, siempre queda todo en sus manos porque de un día a otro te puedes hacer millonario y tu destino cambia. Ya no tienes que dedicarte más que a gastar dinero, inviertes en unas cuantas propiedades y te dedicas a vivir. Pero oye, no siempre resulta así. Una tía mía se ganó el loto y como la pobre era tan tontorrona, ya sabes, de las que con suerte terminaron la básica, en cuanto se supo que había ganado el máximo los periodistas la entrevistaron, y si bien salió en los poquitos diarios de la ciudad, si tres a lo mucho, fueron suficiente para que un sujeto con pintas de economista se le acercara y le asegurara que le ayudaría con la inversión del dinero cobrándole una pequeña comisión, pero todo era mentira y se robó el dinero y desapareció del país. ¡Que atroz! Ni que lo digas, así que a mí eso del destino me huele mal. Nada, no seas loca, piénsalo mejor, en el caso de tu tía su destino era seguir siendo pobre. Nada de “seguir siendo pobre”, ella tuvo suerte y por tontona se quedó sin ni uno. ¿Y nunca pillaron al tipo? Nunca, los de investigaciones no sirven para nada. No digas eso, recuerda que mi hijo trabaja para los tiras, y les cuesta el pellejo a veces eso de enfrentándose con gente realmente mala. Lo sé, pero es que nos dio mucha rabia en ese momento. Igual lo tengo clarito ¿No viste acaso las noticias de anoche?

Interrumpió el mozo del hermoso café ambientado en Valparaíso, con sus sillas y mesas de colores y las paredes azuladas con embarcaciones pintadas,  para saber si las comensales necesitaban algo más. Revisaron nuevamente (tras 3 veces ya) la carta y pidieron esta vez un postre dulce, porque el almuerzo lo habían encontrado extremadamente salado a pesar del café digestivo,  por lo que era necesario otro plato para  desprenderse de la sensación de la comida anterior. Junto a un trozo de torta de mil hojas manjar y un chesse cake de frutos rojos, dos tazas de té fueron depositadas con sumo cuidado en la pequeña “roja” adornada por un hermoso mantel celeste de puntas blancas, que representaba el oleaje de las playas de la quinta región.


Y el lobo tenía su qué, ya vieras. Una lástima que te lo perdieras. No quería, te juro que diez para los ocho estaba frente al televisor esperando ansiosa pero justo llegó Juan con el tema del incendio. Así que te imaginarás, fue todo reacciones, sustos y llamando como fuese a la familia porque ya te había contado que sus hermanos están en la quinta desde hace un par de años. Eso de irse a buscar nuevas oportunidades ¡Aquí también tenemos puerto! Sí, pero el de allá es el principal, por algo está todo el mundo enviando cosas e incluso hay rumores de que el gobierno está haciendo pasar lo recolectado como la ayuda del país. Escandaloso. Cuanto menos. Pero cómo pueden. Fácil, con unos autoadhesivos que les pegan a las cajas con los logos de la Bachelet. Hablando de autoadhesivos, el otro día fui al Homecenter y compré unos preciosos para los ventanales, con forma de mariposas y flores. ¿Pero no se verá muy ordinario? Podría ser, pero así los niños no pasan y se golpean. A Yeco siempre le sucede que va corriendo persiguiendo al gato y choca con la ventana porque el otro bicho salta antes de darse contra el vidrio. Los perros siempre son algo más torpes para esas cuestiones. Pero me gustan más, esta ciudad está plagada de gatos. Y también de ratas. ¿Ya has visto? Con lo del terremoto han aparecido muchas. Llegan las ratas y no la ayuda. Pero las ratas siempre han estado. Hubo una vez que abrieron la calle porque los de Aguas del altiplano tenían que hacer unos arreglos por el tema de los nuevos condominios y en algunas casas de la cuadra incluso se encontraron pericotes. ¿Esos bichos gigantes? Los mismitos. ¿Y no se quejaron? Como si se ganara algo. Para cobrar no tienen problema alguno y nunca consideran a la gente, pero para arreglar algo sí que la piensan dos veces. Es por el tema de los contratistas. Pero los que cortan también son contratistas, y ahí sí que no se demoran. Bueno, es que aquí todos se aprovechan. Y con las desgracias más, si fuera por ellos, habrían aprovechado de cobrarles a todos el arreglo que les correspondía. Te aseguro que igual lo harán, camuflándolo de impuesto o cobro especial por el invierno.  Espero que el que viene no esté tan helado como el anterior. Cualquier cosa tú me avisas y subimos a la feria para buscar algún buen abrigo gringo. Estupendo, seguro tendremos que hacerlo. Quiero uno como el de Melissa. ¿Usaba un abrigo? Muy bonito, tendrías que haberla visto. Qué pena me da habérmelo perdido, y no pude ver la repetición por el horario. Te habrías emocionado un montón. Lo sé. Pero te lo cuento, Melissa caminaba por el bosque cuando el lobo se la comió, aunque no lo podrás creer, quería ser comida. ¡No me digas! Después  salieron los créditos, dieron comerciales y luego continuó con lo que le había pasado al resto de personajes.

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